martes, 20 de octubre de 2015

HISTORIA INVENTADA:


Cuenta la historia, que en un pueblo llamado Frías (Castilla y León), hace mucho mucho tiempo, unos adolescentes decidieron quedar para hablar de lo que iban a hacer en "halloween", si, eran ya mayores, pero les encantaban celebrar cada cosa juntos y pudiendo divertirse y pasar el mayor tiempo posible reunidos antes de que la universidad cambien sus vidas. Estos eran siete personas, tres chicas llamadas Rebeca, Carla y Ainhoa; y cuatro chicos llamados Jose, Antonio, Fernando y Eustaquio.

Los jóvenes, que iban a acabar su último año de bachillerato, quedaron una semana antes para organizar todo lo que querían hacer en el restaurante al que solían ir siempre a pasar las tardes. Hablaron de ir a al castillo de los Duques de Fría, uno de ellos dijo que tendría que dar miedo ir por la noche a ese castillo. Aceptaron todos, menos Carla, porque tenía miedo y solían decir la gente que el foso era muy profundo y correríamos peligro. Después de una larga discusión entre ellos, la chica aceptó.

El día de Halloween llego tan rápido que ni se acordaban. Por la noche ya llegando a la puerta, Clara iba caminando al lado de Antonio ya que le dijo que él estaría en todo momento a su lado, lo que no sabía ella es que él estaba locamente enamorado de ella desde que empezó la ESO. Pasaron por el foso, dado que no les pasaron nada siguieron avanzando.

Pasaron sobre un puente levadizo, todo estaba funcionando como se esperaba. Llegaron a la parte interior del castillo, en el se encontraba lo que se llamaba “Patio de Armas”, en el había un pozo justo en el medio. Carla ya estaba mas calmada al lado de Antonio, mientras ellos daban una vuelta y miraban el pueblo desde las ventanas ya destruidas, los demás pensaron en hacerle una broma a Carla.

Jose los llamo para que se acercasen a donde ellos estaban; justo al lado del pozo. Fueron y empezaron a hablar, dejando un mayor hueco a Carla al lado del pozo para hacerle la broma. Ellos empezaron a contar una historia relacionada con el pozo, de que uno de los habitantes de ese castillo, en alguna de esas épocas murió alguien en el pozo, con la intención de que Carla mirase. Al asomarse e ir a coger el la cuerda que enganchaba al cubo, Ainhoa y Eustaquio le asustaron por detrás, pero lo que ellos no sabían era que iba a coger la cuerda, y al quitar las manos de la piedra y sus amigos empujarle, Carla cayó al pozo… Antonio enfadado se puso histérico, diciendo que ella no sabe nadar y que le daban pánico los sitios tan pequeños. Los jóvenes al saberlo fueron a llamar a una ambulancia. Cuando esta llego, el cuerpo de Carla desapareció.


A los tres días, Antonio quiso volver a ir al sitio en el que le dijo por primera vez en esa ventana el “te quiero” más sincero. Al ir él solo, escuchó una voz; creyendo ser el viento y las ventanas siguió recordando ese momento, hasta que escuchó detrás suya una voz que decía “yo también te quiero” y asustado, se giró y vio el cuerpo de Carla pálida, blanca, mojada… se asustó y salió corriendo, pero cuando llegó al puente levadizo se paró de inmediato, se giró y miró a todas partes sintiendo que alguien le perseguía, se tranquilizó ya que pensó que sólo creía ser un producto de su imaginación… se apoyó en el puente y empezó a contemplar el foso… cuando detrás de él vio en el agua reflejada a una muchacha mojada con la misma ropa que llevó Carla aquel día. Y sin más sintió que le empujaron por las espalda y cayó al foso, ahogado, con un golpe en la cabeza por una piedra que había… Lo que ella no sabía es que no tuvo la culpa de nada.

Al día siguiente fue informado a sus amigos, y se arrepintieron de haberle echo la broma a Carla, y de que su amigo Antonio que la amaba, no tenía la culpa de nada. Los jóvenes no volvieron a mencionar nada más sobre lo ocurrido esa noche de Halloween, y también juraron no volver a ir nunca más al castillo. Desde ese momento, se fueron distanciando para olvidar todo el daño que le hicieron a dos de sus grandes amigos.

Dice la leyenda que si te asomas al pozo, la chica puede o no aparecerse en el agua reflejada detrás de ti. Tened mucho cuidado.

                                                               FIN

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